Siempre fui una niña
rebelde, nunca obedecía nada de lo que mis papas decían, siempre quería tener
la razón aunque yo siempre creía que tenia la razón en todo, me gustaba que me
lo dieran todo y siempre me lo dieron, a pesar de eso no me hice una chica
materialista pero si inconsciente, creía que todo me lo merecía hasta lo malo,
uno siempre cree que todo se lo merece pero cuando eres niña y vives en tu
mundo de barbies o carritos crees que todo es así que siempre lo será que todo será
tan perfecto , te despiertas en la mañanas ves a tus papas unidos que se
alistan para ir a trabajar , mientras tu duermes en un solo cuarto con tu
hermana y a pesar de que te molesta esa situación la disfrutas porque tienes
mucha gente que te quiere y que te lo demuestra, la vida me enseño de que no
siempre seria así en el día menos indicado me demostró que con tan solo cinco
años debería saborear el sabor de la muerte, esa sensación de quedarte en el
aire de no saber qué es la muerte de no saber cuándo volverá esa persona que ya
no ves, de el porqué tus papas lloran desconsoladamente y del porque la casa
lleno de gente y todos vestidos de negro.
Tenía cinco años
cuando mataron a mi hermana saliendo del colegio las dos de la mano nos paso
por encima un carro sin importarle que éramos nosotras que estábamos ahí frente
de el, fue la primera vez que pude sentir que nuestra vida no le importo por un
segundo, yo quede en coma de alma y ella se fue allá al cielo donde me decían
que se había convertido en un angelito que me cuidaría y no permitiría que me
pase nada, una vez mas decidí creer….
Mis papas ya no eran
los mismos, las navidades se fueron con los años como quien toma una taza de chocolate
caliente y la pasas pero ya no la quieres así, la abuela se enfermo de pena me
dijeron, perdió la razón ella decía que mi hermana venia a verla eso era falso
al final ella tres años después también murió al año murió el abuelo y así se
acabo las navidades ya no era una taza de chocolate caliente era la tortura de
que no quieres que llegue ese día, pero a pesar de todo a mi nunca dejaron de
llenarme de juguetes pero sus caras de dolor era el peor castigo creía recibir.
La familia los tíos
los primos todos se fueron por su lado ya nada nunca fue igual y yo sentada
jugando a las muñecas armando un mundo me decían independiente yo lo llamaba
sola, mis papas no superaron pronto el dolor ellos trabajaron mucho para que a mí
no me falte nada como hacen todos los papas, yo jugaba con muñecas y dos niño
quienes eran vecinos con ellos me divertía
pero me fui haciendo independientemente sola porque no había un adulto a la vista
y así fui creciendo en este mundo donde las reglas las ponía yo y donde creía que
unos angelitos del cielo me cuidarían siempre un mundo donde la fantasía era mi
felicidad y mis preguntas me las respondía yo….
Querida Nikita, tu historia me ha conmovido en extremo, pues me imagino el trauma por el que tiene que pasar una criatura que vive lo que tu viviste, no me extraña nada que vuestra vida cambiara radicalmente. Pero ¿sabes?. la vida es el mejor hospital y el tiempo la mejor medicina para curar las enfermedades del espíritu.
ResponderBorrarVolveré para seguir leyéndote.
Abrazos
Julia mil gracias por tu comentario, gracias por tus palabras me hace mucho bien.
BorrarAbrazos.